Hebras deshilvanadas por el cacalote
El capitalismo como una religión. Walter Benjamin
vivió una época en que la lucha de clases era frontal, el
fascismo nazi iba en ascenso (recordar la noche de los
cuchillos largos) y la guerra se avecinaba. En tal
entorno Benjamin percibió en el capitalismo una religión
pues --dice Benjamin--
"sirve esencialmente a la satisfacción de las mismas
preocupaciones, dolencias e intranquilidades a las que
antaño daban respuesta las llamadas religiones". Tres son
los rasgos percibidos por Benjamin.
1.- Es una religión de puro culto. No existe una teología
ni una dogmática especial; todo en el capitalismo tiene
un significado solo en relación directa con los ritos que
constituyen el culto. Así el utilitarismo adquiere su
tonalidad religiosa.
2.- El culto es perpetuo. Los ritos de celebración
del culto se dan "sin tregua ni piedad" (sans rêve et sans
merci). No hay días de descanso, todos los días son
festivos en el sentido pavoroso de la pompa sagrada y con el
esfuerzo extremo de los adoradores. Recuerden esto cuando
vayan de paseo a La Plaza San Luis.
3.- El culto es culpabilizante. Infunde un conciencia
de culpa monstruosa que no tiene forma de ser expiada; solo se
hace universal, incluyendo al mismo Dios en esa culpa.
Benjamin nos dice que la esencia del movimiento religioso
capitalista es perdurar hasta el
definitivo y total endeudamiento de Dios, hasta alcanzar
el estado universal de desesperación: la religión no es la
reforma del ser sino su destrucción: la condición humana es
el endeudamiento. Contrario a la
opinión de Nietzche, Dios no ha muerto solo ha caído a
incorporarse al destino humano: el surgir del
superhombre empieza reconociendo la religión capitalista.
Jacobo Pónce de José Revueltas.
En la novela "Los Errores" Jacobo es el alma amargada
que se esconde tras la mesa, escribiendo y reflexionando
sobre la injusticia, sin actuar. Concluye Jacobo que sus
propias "lágrimas son de cocodrilo" y que las lágrimas de
los otros son lágrimas de vida que se perderán del recuerdo
pues la historia solo registra hechos y no el sufrimiento
personal de quien vive
la injusticia en carne propia. Jacobo se ve proscrito,
siendo solo un testigo que sufre al prever el crimen en
contra de su amigo.
La neolengua comercial de la Academia.
Los autores de un largo "Estudio introductorio" a las tesis
sobre el concepto de historia de Benjamin Walter dicen que
el mundo académico está invadido de una neolengua comercial.
Para mí esto es solo un síntoma del espíritu neoliberal que
ha sido inyectado a los académicos (como la transfusión de
CocaCola en la sangre en la película "La fórmula
secreta" de Rubén Gámez, 1965).
Ahora abunda en la Academia la producción de rollos
que se ofrecen como mercancías a la venta y se ha olvidado
de ir por el
descubrimiento, ir por resultados rigurosos que hagan
avanzar el conocimiento colectivo que a todos nos pertenece.
¡El conocimiento no tiene dueño!
Una de Walter Benjamin.
"El don de encender en el pasado la chispa de la
esperanza solo le es dado al historiador convencido
de que ni siquiera los muertos estarán a salvo del
enemigo cuando venza. Y ese enemigo no ha dejado
de vencer."
Cuidemos lo que tanto nos costó.
Las pérdidas en vidas durante la Revolución de 1910 se estiman
entre los 2 y 3 millones de mexicanos. Además de
cuantiosas pérdidas sociales, la destrucción de ciudades
e infraestructura y el desplazamiento de muchos miles
de mujeres y hombres que lucharon por la libertad.
En USA los inmigrantes ilegales son esclavos
desechables.
El fantasma del comunismo-terrorismo-narcotráfico empleado
por el gobierno de USA desde los años 1960 para "justificar"
sus agreciones-invasiones-despojos contra cualquier pueblo
indefenso del mundo es ahora usado por Trump para
esgrimir (al igual que Reagan) exigencias
que lleven la rentabilidad de la industria criminal de
guerra a extremos de esclavitud-sin-compromisos
(trabajas para mí y luego te desecho)
y así "hacer más grande" al capitalismo fascista
norteamericano.
Recuerdo que alguna vez Chomsky señaló que
"la definición de Mussolini de
fascismo es la fusión del Estado con las empresas".
Un Gobierno Fascista es el capataz (con garrote) de
las empresas para esclavizar a la población.
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